martes, 2 de agosto de 2011

EL SUEÑO DE LOS ZARES


 

Muchos fueron los que contemplaron aquellas cúpulas a lo largo de los siglos: zares, artistas, escritores, viajeros, peregrinos…André Gide y Josep Pla entre otros, escribieron sus impresiones sobre Rusia, y me acompañaron en este viaje.

Es difícil de olvidar la impresión que produce traspasar las puertas del Kremlin y contemplar por primera vez la Catedral de San Basilio. Fue construida entre 1555 y 1561 sobre una iglesia preexistente para celebrar la toma de Kazán por Iván el Terrible. Cuenta la leyenda, leída mil veces, que el zar ordenó cegar a los arquitectos para que no pudieran construir nada de tanta belleza. Iván vio realizado su sueño. Otros zares continuaron la obra.





Verla era como estar inmerso en un cuento oriental. Era un capricho artístico irrepetible. Tenía nueve capillas principales, la más alta en el centro, con chapitel piramidal y otras cuatro grandes capillas con torres octogonales rematadas por cuatro grandes cúpulas de cebolla. Esas cúpulas la hacían tan especial: una de ellas rojiblanca, otra verde y amarilla, las otras azul y blanca y verde y roja.



 


En el interior los muros y techos estaban decorados con motivos florales o geométricos de gran cromatismo, y se exhibían iconos ortodoxos. Imaginación y colorido podían definir a la Catedral de San Basilio, además de exotismo oriental. Todo un Patrimonio de la Humanidad.

Por la noche lució la luna llena en la Plaza Roja. Apareció entre la iluminada Catedral de San Basilio y la muralla del Kremlin. Aquellas coloridas cúpulas también formaban parte de mis sueños.

 

© Copyright 2011 Nuria Millet Gallego

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