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sábado, 25 de agosto de 2012

DETALLES DE MONGOLIA

Un supermercado asiático puede ser un sitio tan bueno como cualquier otro para encontrar curiosidades que nos hablen de los hábitos de los habitantes del país. En las estanterías había abundante oferta de diferentes marcas de Vodka como la llamada Chinggis, en honor del mítico héroe nacional Genghis Khan. El alcoholismo, aunque ha disminuido, continúa siendo un problema entre la población de Mongolia, del mismo modo que en la vecina Rusia, de donde es originaria esta bebida de alta graduación.



El complemento del atuendo tradicional, tanto en hombres como en mujeres, son unas botas altas de cuero repujado con adornos coloridos. Eran bonitas y elegantes, y daban singularidad a sus portadores.




La religión mayoritaria es el Budismo. Los fieles se arrodillan y tocan el suelo con la frente en señal de devoción y respeto. Para facilitar la postura y no ensuciarse, en los templos hay plataformas de madera en la que los fieles rezan, del mismo modo que los peregrinos tibetanos.



Las puertas rojas de los monasterios tienen como picaportes a leones de bronce dorado, guardianes de los templos. De sus bocas cuelga un aro con un pañuelo azul, el color tradicional del país, que representa el color del cielo y está presente en la bandera nacional. El azul también es símbolo de eternidad y lealtad.

 
Un águila con las alas desplegadas puede medir dos metros de longitud. Esta la encontramos en Karakorum, en los alrededores del templo Erdene Zuu. Desde tiempos inmemoriales, en Mongolia las adiestran y las utilizan para la caza de aves. Un espectáculo digno de verse.
 
© Copyright 2012 Nuria Millet Gallego
 

viernes, 17 de agosto de 2012

KARAKORUM, LA CAPITAL DE GENGHIS KHAN





Todo imperio tiene su decadencia. Genghis Khan tuvo un sueño, un Gran Imperio. Y lo cumplió, aunque fuera a costa de muchas vidas. El gran Imperio Mongol tuvo su capital en Karakorum. Fue el centro de las caravanas que hacían la Ruta de la Seda. De aquellos tiempos de esplendor apenas quedan algunas ruinas. Para los buscadores de lugares míticos Karakorum se ha transformado en una ciudad típica de Mongolia sin encanto, casas de planta baja cercadas por vallas, alternando con gers tradicionales.

Pero hay otro motivo para viajar hasta Karakorum: el Monasterio Erdene Zuu. El nombre significa “cientos de tesoros”, y no decepciona. Es un monasterio budista, construido en 1586 y considerado Patrimonio de la Humanidad. Fue destruido y reconstruido en 1872, y posteriormente también fue destruido por las purgas de Stalin en 1937, cuando más de 10.000 monjes fueron asesinados o enviados a los gulags siberianos. Después de la caída del comunismo se devolvió el monasterio a los lamas y en 1990 volvió a ser lugar de culto.




Desde lejos impresionaba el gran recinto. Estaba rodeado por un inmenso muro con 108 estupas (el 108 es un número sagrado para los budistas). En el interior había tres templos dedicados a las tres etapas de Buda, su infancia, adolescencia y edad adulta. Había pinturas murales, figuras y grandes estatuas de Buda. Me fijé especialmente en el Buda del pasado y el Buda del futuro.




El verdadero tesoro del monasterio es una Biblioteca de libros rectangulares de tapas de madera envueltos en telas. La voz del pasado estaba escrita en aquellas páginas amarillentas y caracteres mongoles.

En el Templo Lavin, de estilo tibetano, vimos la ceremonia de oración. Entramos en  una sala con corbatas de colores colgantes y asientos con cojines granates para los monjes. Un grupo de lamas de túnicas granates, entre ellos algunos de la orden de los Gorros Amarillos, se sentaron en filas frente a frente. Repartieron una hoja alargada con los rezos e iniciaron su cantinela de voces graves. Nos quedamos allí sentados observándolos, como estatuas inmóviles. Al acabar les ofrecieron té con mantequilla en cuencos. Ahora que hemos regresado al ajetreo de nuestra vida cotidiana, a veces cierro los ojos y los escucho. Y sueño.

 
 

© Copyright 2012 Nuria Millet Gallego